Érase una vez una princesa que se llamaba Paciencienta , sí sí como lo oís.
El Rey, o sea, el padre de Pacincienta, era muy cuidadoso con ella, porque antes de que la reina muriera hizo un juramento por su hija.
El rey le dijo:
-Cariño te prometo que siempre os amaré a tí y a vuestra hermana, hija.
¿Quieres saber por qué se llamaba la princesa así?
Porque…
Continuará…