Érase una vez una mujer que dio a luz a un hermoso bebé.
Desde ese momento no paraba de llorar y era porque nació malito. Cuando se lo dijeron a la madre se prometió cuidarlo muy muy bien.
La madre no sabía qué hacer porque el bebé no paraba de llorar en todo el día.
Entonces la madre fue a comprarle un juguete.
Desde ese día paró de llorar. Solo lloraba para comer.
FIN