Érase una vez una niña que se llamaba Sofía.
A ella no le compraban nada de juguetes nunca. No porque se portase mal, porque se portaba genial. Sino que sus padres pensaban que no le gustaban y le compraban ropa.
Un día Sofía se encontró una mochila que tenía una nota que ponía la mochila infinita.
Sofía la cogió y empezó a sacar y a sacar. ¡No paraba! Sofía empezó a pensar que era un sueño pero era de verdad.
No se lo creía y lo más importante era todo juguetes...Qué alegría le hizo. Aquella niña no lo volvió a pasar mal. Qué bien se lo pasó.
Fin