Érase una vez un niño que quería ser de mayor motorista.
Un día su padre se montó en una moto para ir a trabajar a su empresa de trenes.
Cuando estaba cerca, empezó a llover. Cada vez llovía más fuerte y no tenía paraguas.
En la acera había un niño, que no era su hijo, con un paraguas.
Luego vino una ráfaga de viento muy fuerte y se voló el paraguas. Y luego se puso el paraguas en la cara del motorista. El hombre se cayó de la moto y se hizo mucho daño.
Estaba cerca de un médico y lo curó.
Se montó otra vez en la moto y se fue a su trabajo.
Llegó a su trabajo y su trabajo era poner carbón en la locomotora.
El tren se fue a una entrada de una cueva.
Continuará...