Era unos hermanos que eran un niño y una niña.
La niña se llamaba Aína, y el niño John.
Un día fueron al bosque y se encontraron un guante mágico.
Lo tocaron y los llevó a otro campo lleno de muchísimas flores.
Tenía más flores que el otro campo y después Aina tocó otra vez el guante y los llevaron de nuevo a una casa llena de dulces y caramelos y bombones y chocolate.
Entraron a la casa y de repente se vio una sombra.
Continuará...