Érase una vez una madre de dos niñas.
Ella se llamaba Clara y sus hijas se llamaban Sofía y Laura.
Esas niñas desde que nacieron habían deseado tener un perro.
Su madre en el cumpleaños de Sofía le regalaró un perro llamado Bummer. Sofía y Laura se pusieron a gritar como locas...
¡Bien perfecto!
Estaban súper contentas.
Su padre que venía de Paris empezó a adiestrar a Bummer el perro cuando pasaron seis meses sabía sentarse, tumbarse, hacerse el muerto y saltar súper alto.
Todo el mundo estaba impresionado. Bummer ganó seis medallas de plata, cinco de oro y muchos diplomas.
Todo eso fue porque tenía el mejor entrenador.
Fin