Érase una vez una niña que pensaba que la magia existía.
Se preguntaba tanto que le preguntó a su madre, y le dijo que no.
Ella ya no creía en la magia.
Un día vio una mariposa de colores y escuchó una voz y la voz era de la mariposa y le dijo:
-¿puedes hablar?
Y la mariposa le dijo:
Si, si puedo hablar.
La niña volvió a creer en la magia pero no era una mariposa cualquiera. Era de la suerte.
La niña la adoptó y por la noche la mariposa brillaba.
La niña la usaba como lámpara y le llegó buena suerte.
Cuando la mariposa volaba llovía chuches.
Le gustaba mucho hasta que...
Continuará...