Pero... se oyó una voz.
Era de la lámpara mágica que decía:
-¡Solo tenéis tres deseos cada una! Así que deberían pensar bien sus deseos.
La lámpara le dio el conejito porque ya se lo había pedido y solo le quedaban dos deseos a cada una.
Las niñas pidieron cosas verdaderamente importantes:
Una pidió que no hubiera guerras y que todo el mundo tuviera un hogar y la otra niña pidió que hubiera paz y que no existiera la violencia y cuando la lámpara se los concedió... desapareció y no volvió nunca más.
FIN