Había una ciudad llamada Philadelphia, EEUU.
Un niño llamado Apollo quería ser boxeador.
Cuando se lo contó a sus amigos dijeron:
- ¡Vale!
Y decidieron entrenarle.
Fue creciendo hasta que una noche un hombre se metió con él y le dijo:
- ¡vete ya!
Le pegó en la nariz y se quedo K.O en el suelo.
Se fue con su furgoneta a casa, cenó, se lavó los dientes y se fue a dormir.
Al día siguiente los periodistas miraron a Apollo y fue a Nueva York para contratarlo en la pelea.
Una noche peleó contra un ruso muy grande y le dio en su punto débil, el costado y luego le dio en la barbilla y ganó un cinturón de los EEUU.
Fue al campeonato de Nueva York y peleó contra un mexicano, un ucraniano, un español y un italiano.
Llegó a la semifinal del campeonato de Nueva York y también peleó contra un egipcio muy muy pequeño.
Le dio en el ojo y en el costado y en el otro ojo y quedó en el suelo.
Apollo lo celebró porque iba a las finales del campeonato de Nueva York.
También peleó contra un inglés, un francés, un portugués, un japonés, y un chino.
Ganó la final y fue campeón del mundo y se hizo súper famoso por pelear con todas del mundo. Nadie en la vida lo superó como lo hacía él.
Fin