Había una ciudad que se llamaba Kalimantan, Indonesia.
Un niño que se llamaba Eko que nunca quería ver un tsunami porque era muy muy triste para el.
Un día de fin de semana el cielo estaba negro. Se puso a llover y se empezaron a escuchar rayos y todo se había juntado un tsunami y el niño pidió un deseo que no hubiera ningún tsunami más.
FIN