Érase una vez una niña que tenía mucha paciencia y le encantaban los zapatos. ¡¡Ah!! y también la ciencia.
Zapaciencia tenía dos mil zapatos y siempre estaba haciendo experimentos de ciencias y también era una princesa.
A la princesa cada vez que se ponía a hacer algo y no le salía a diferencia de otros niños ella era muy pacientes y hacían las cosas con calma.
A todo el reino le sorprendía que la princesa tuviera ese nombre tan raro, pero ya habréis entendido porque se llamaba Zapaciencia.
FIN