Érase una vez en lo alto de unas montañas una familia que vivía retirada de las personas.
Ellos no querían estar con los demás porque no necesitaban nada de ellos. Un día el alcalde del pueblo más cercano subió a visitarlos por si necesitabas algo.
El padre de la familia subió a recibirlo y le dijo que ellos no necesitaban nada de una gente tan malvada.
El alcalde se sorprendió y le preguntó que porque decía eso.
El hombre le contestó que donde habían hecho la carretera nueva antes era un río, donde estaba el centro comercial antes era un prado y no podía entender como había gente capaz de destrozar la naturaleza por un puñado de monedas.
El alcalde un poco confundido bajó de nuevo al pueblo.
Pasadas unas semanas el hombre escuchó muchos ruidos de maquinarias en el pueblo y decidió bajar para ver qué obra estaban haciendo de nuevo.
Para su sorpresa vio que estaban levantando la carretera donde corría el antiguo río.
El hombre vio al alcalde y este le dijo que se habían dado cuenta de que la naturaleza es lo más importante.
Fin
