Érase una vez una Luna que siempre estaba fría, triste, apagada...
Ella quería ser como su amigo el Sol que siempre estaba contento, brillante, calentito y además todo el mundo lo quería.
Un día el Sol le preguntó a la Luna que porqué estaba triste y le dijo que quería ser como él. El sol le contestó que ella también era muy bonita y muy necesaria y que sin ella tampoco podríamos vivir.
FIN