Érase una vez un dragón que vivía en una cueva y le encantaba el oro.
Cogió un mapa y se encontró un castillo. Y ganó el dragón y ganó todo el oro.
Y el dragón con todo el oro, fue a su cueva otra vez y se cocinó una paella de oro.
Y también se hizo agua de oro y, de segundo, se hizo un chuletón de oro. Y luego, con el oro que faltaba, se hizo una tarta que llegaba hasta Júpiter. La tarta se la comió durante varios días y meses.
Y el dragón quería más oro porque quería ir a la "Casa de Empeños".
Y fue a otro castillo y robó todo el oro otra vez.
Y se fue a la casa de empeños y se compró toda la tienda.
Entonces, el dragón, con el oro que consiguió en la casa de empeños, pues todavía no se terminó la tarta y el dragón pensó en ir a otro castillo más gigante que tiene oro, joyas y diamantes y esmeraldas y monedas de oro y billetes de oro.
Y luego se fue al castillo ese que tenía muchas cosas.
Entonces luchó contra los soldados y ganó el dragón.
Y el dragón se llevó todo.
Luego el dragón se fue a su cueva a dormir porque ya era de noche
Y el dragón con todo ese oro se compró una casa mejor que la cueva. Porque la cueva ya estaba muy sucia y no tenía manos porque se las cortaron en la guerra.
Y el dragón se puso a pagar el dinero.
Continuará...