Érase una vez un niño que quería ir a una atracción de terror.
Sus padres le sacaron una entrada y el niño muy contento entró en el túnel.
Cuando iba por el pasaje se encontró con un fantasma.
El niño se asustó mucho y echó a correr saliendo del túnel y el fantasma lo siguió.
El niño iba tan asustado que cayó a un pozo.
Por más que lo intentaba no podía salir.
De pronto vio caer unas cadenas, se agarró y a través de ellas salió del pozo.
Se encontró con el fantasma que fue quien lo ayudó y así el niño comprendió que el fantasma no quería asustarlo solo quería jugar con él y tener un amigo.
FIN