Érase una vez un castillo que estaba encantado.
En una oscura noche un hombre entró al castillo, oyó muchos ruidos, subió las escaleras, entró a un cuarto y estaba todo destrozado.
Se asustó mucho pero de repente salió Frankestein y se asustó más. Frankestein le cogió del brazo y se lo llevó a la cocina.
Había muchas ratas, de repente apareció un fantasma, Frankestein se fue y el hombre se quedó con el fantasma y se lo llevó al tejado y lo dejó con un lobo.
El hombre le dijo al lobo que qué quería de él y este le contestó que tenía preparado un reto de halloween Tenía que asustar a todos los niños que pasaban si no moriría.
El hombre le preguntó que como los tenía que asustar y el lobo le contestó que tenía que aullar así "auuuu".
El hombre aceptó pero como le dio pena porque los niños y niñas lloraban no quiso seguir asustándolos.
El hombre se lo dijo al lobo y se salvó porque tenía que irse otra vez con el fantasma.
El fantasma le regañó al lobo porque no iba a ser una fiesta de terror y no iban a matar a nadie.
La fiesta iba a ser de disfraces de halloween, de pintar caras y de hacer tatoos de halloween.
FIN