Érase una hormiga muy trabajadora.
Se llama Támara.
¡Podía coger hasta una manzana ella sola!
Pero un día se torció el tobillo y no pudo cargar peso.
Las demás hormigas estaban muy preocupadas. Llamaron a al médico. Le dijeron que tenía que guardar reposo.
Al cabo de los días se mejoró y ya pudo volver hacer su trabajo.
FIN